Stefan Engel

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Una tendencia a la crisis de la sociedad en su conjunto

La situación actual requiere mucho esclarecimiento. Se buscan las relaciones, antecedentes y acertadas calificaciones.

Una tendencia a la crisis de la sociedad en su conjunto
Stefan Engel

En la manifestación del lunes, el 25 de mayo de 2020 en Gelsenkirchen, Stefan Engel dio un discurso que atrajo mucha atención. Escribió este artículo basado en su contribución.

Queridas y queridos manifestantes del lunes, queridas y queridos habitantes de Gelsenkirchen, queridas y queridos camaradas:

Hoy quiero dedicarme sobre todo a la gestión de crisis del gobierno y también a las diversas protestas. ¿Qué problema tenemos actualmente en Alemania? El problema es que a mediados de 2018 ha comenzado una nueva crisis económica y financiera mundial. Al principio ésta se desarrolló relativamente despacio porque los bancos centrales inundaron sistemáticamente los mercados con dinero barato. A diferencia de Alemania, algunos países experimentaron una inflación galopante y graves dificultades de pago –por ejemplo, Turquía o la Argentina– lo cual se convirtió en un agudo peligro de quiebra estatal. Desde 2018, la producción industrial ha disminuido mes a mes, también en Alemania. La actividad de inversión y las exportaciones se han visto afectadas.

Stefan Engel

Una tendencia a la crisis de la sociedad en su conjunto

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Esta crisis económica y financiera mundial ya existía antes de que comenzara la crisis de coronavirus. Ya en enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de una pandemia. En esta situación, el gobierno alemán decidió deliberadamente no tomar más medidas. En ese momento, el ministro federal de salud Spahn minimizó la incipiente pandemia, al igual que el primer ministro Johnson en Gran Bretaña, el presidente Trump en EE.UU. o Bolsonaro en el Brasil. Como resultado de ello, miles de personas se infectaron rápidamente en esos países; el coronavirus pudo propagarse casi sin obstáculos. Sólo con medidas radicales en un momento posterior se pudo evitar que se extendiera más.

Pero, ¿cómo se consigue que la población apoye medidas tan radicales? Cuando comenzó la gestión nacional de crisis, curiosamente no era el ministerio de salud que mandaba, sino el ministerio del interior. El ministro del interior Seehofer ordenó en un documento –esto se supo en abril–, que en esta situación se debía primero “asustar” a la población. Se le debería infundir miedo con el fin de crear una base para la aceptación de las medidas drásticas. Así, las primeras acciones de la gestión de crisis alemana consistieron inicialmente en noticias diarias y programas especiales, debates televisivos, conferencias de prensa que se transmitían en vivo por radio y televisión: con drásticos pronósticos de horror. En esta situación, los medios de comunicación estaban relativamente alineados. Al principio, el gobierno logró –según sus propias declaraciones– más del 90 por ciento de aprobación de sus medidas.

¿Por qué se hizo eso de esta manera? Porque el gobierno llevó a cabo un programa que tenía como bandera la contención del coronavirus, pero que estaba dirigido sobre todo a manipular sistemáticamente a la opinión pública. La primera afirmación fue que la crisis económica fue causada por el coronavirus. Pero esto no es cierto. La crisis económica ya existía antes, se agudizó bruscamente por la confluencia con la crisis de coronavirus. El gobierno y los medios de comunicación burgueses querían inculcarle a la gente la idea de que esto no se debía en absoluto al sistema económico capitalista, que regularmente entra en crisis, sino al coronavirus. Esto no era culpa de nadie, así que todos deben ahora mantenerse unidos, y actuar conjuntamente.

Con el fin de interrumpir las cadenas de infección, no sólo se restringió la libertad de movimiento de las personas, sino que también –sin ningún beneficio para la protección de la salud– se restringieron rigurosamente sus derechos y libertades democráticos. Así se prohibieron todas las formas de protesta en las calles. Ustedes recuerdan que la dirección de la Confederación de Sindicatos Alemanes DGB, en obediencia anticipada, incluso canceló las manifestaciones y mítines del Primero de Mayo. El MLPD y también las marchas de los lunes marcaron el camino para asegurar que a pesar de esto se llevaran a cabo acciones combativas en más de 100 ciudades.

En cambio, el gobierno no tomó las medidas más importantes que hubieran sido necesarias para la protección de la salud de las masas. En primer lugar, hubiera sido necesario realizar tests masivos y regulares de la población, en segundo lugar una estricta regulación de la distancia y en tercer lugar, tapabocas adecuadas para todos. Y no sólo una mascarilla que cubre boca y nariz y sólo proporciona una protección limitada, sino mascarillas FFP2 y FFP3, que verdaderamente proporcionan protección. Pero el gobierno no estaba en condiciones de hacer esto. ¿Y por qué? Porque había ignorado todas las advertencias de preparación de la OMS para la pandemia. A saber, la OMS ya en 2012 había predicho que pandemias semejantes podían ocurrir y había dejado claro cómo debía ser la prevención de la crisis. Pero el gobierno no disponía de tapabocas para la gente, ni siquiera para el personal en los hospitales y el sector de cuidados. Tampoco podían conseguir estas cosas de Asia tan rápidamente, porque ahora el mundo entero pidió estas mascarillas. Entonces, de un plumazo, se difundió la mentira de que no se necesitaban tapabocas. La señora Merkel los llamó “difusores de virus” en ese momento. El segundo escándalo es que hasta hace poco no se consiguió test de detección, e incluso ahora sólo se consigue con restricciones, si uno todavía no muestra síntomas o no ha tenido contacto con personas infectadas. Pero los que tienen síntomas ya son altamente contagiosos durante al menos cinco días. Esto significa que la gente anda por allí durante cinco días, infectando a su familia o compañeros de trabajo sin que lo sepa. ¡Ahora existe la posibilidad de hacer más de un millón tests por semana en Alemania! Sólo se utiliza poco menos de un tercio de ellos. ¿Y por qué no se realizan más tests? Porque desde hace tres meses el gobierno federal no ha podido llegar a un acuerdo con los seguros de enfermedad sobre quién debe pagar estas pruebas. Ni siquiera necesitaron una semana a fin de reunir un paquete de un billón de euros para subvencionar sobre todo a la gran industria. El pago de dividendos a los accionistas de Volkswagen bastaría para pagar todos los tests a la vez. En resumen, hubo demasiado pocas medidas eficaces para la protección activa de la salud.

Al mismo tiempo, hubo oráculos: En abril la economía subirá de nuevo porque tendremos al coronavirus bajo control. ¡Ni hablar! La economía continuó su caída en abril y mayo. En abril, las empresas ya habían solicitado régimen de desempleo parcial1 para 10 millones de personas, y más de 500.000 personas habían perdido sus puestos de trabajo.

Mientras tanto, una de cada cinco empresas en Alemania ha anunciado la eliminación de puestos de trabajo. ¡Hoy tenemos la crisis económica y financiera mundial más profunda desde 1929! Sólo en los EE.UU., el segundo socio económico más grande de Alemania, se espera que el desempleo alcance el 30 por ciento. China también se vio atrapada en la vorágine de la crisis económica mundial. Por primera vez en 40 años, tuvo un desarrollo económico negativo en el primer trimestre. Se dice que 70 millones de personas están desempleadas en China. Además, se redujeron sobre todo los sueldos y salarios.

Con el fin de estabilizar la economía al menos contra la caída libre, se implementaron programas masivas de reactivación económica en todos los países del mundo para impulsar las inversiones y el consumo. Esto quizás puede atenuar temporalmente las consecuencias negativas y las contradicciones, pero no ayudará a salir de la crisis económica y financiera mundial tan fácilmente como se afirma. Con sabia previsión, Wolfgang Schäuble pronosticó: “Europa está experimentando una caída económica como nunca antes en nuestra vida, y sólo se puede hacer una estimación rudimentaria de las convulsiones que esto produce para nuestras sociedades.”

Cuanto más tiempo dure el desarrollo económico negativo, cuanta más gente se quede sin trabajo y entre en desempleo parcial, mayor será el descontento. La aprobación de las medidas del gobierno está disminuyendo desde hace varias semanas. Especialmente porque el gobierno se contradice constantemente y cada vez más gente siente de primera mano que la crisis recién está comenzando.

Mientras tanto, la gestión de crisis en cierta medida ha entrado ella misma en una crisis. ¿Por qué? Porque resulta que no habrá una reanimación económica así de fácil. Ahora se admite que la crisis durará aún más, algunos dicen que todo el verano, otros dicen que incluso hasta el final de 2023. En resumen, nadie ve con claridad lo que está pasando.

A principios de mayo, la gente se quedó muda de asombro: el gobierno cambió repentinamente su gestión de crisis – de la cautela a alivios eufóricos. El trasfondo era que al mismo tiempo la Asociación Federal de la Industria Alemana BDI exigió a modo de ultimátum que todas las restricciones se levantaran a finales de mayo. Y esto a pesar de que en ese momento hubo oficialmente todavía 12.000 personas infectadas y enfermas, un número considerablemente mayor que en marzo cuando se introdujeron las medidas drásticas. Las instrucciones de la BDI, que fueron seguidas al pie de la letra, muestran quién es el verdadero gobierno de Alemania. El gobierno gasta miles de millones de euros para los monopolios, pero también mucho dinero para mantener a la gente tranquila. ¿Qué base es eso para una científica gestión de crisis?

Pero el gobierno también debe pisar el freno de las subvenciones y en algún momento pasará a un primer plano la cuestión de quién debe pagar realmente por todos estos beneficios.

El gobierno alemán ha cambiado las regulaciones para el subsidio del desempleo parcial. Lo hizo para tranquilizar a los obreros, pues ellos fueron los que más protestaron contra la gestión de crisis. Pidieron una resuelta protección sanitaria también en las empresas. Lo dejaron claro: si no es posible mantener una distancia en el trabajo, las empresas también tienen que cerrar, con el fin de proteger la salud de los trabajadores y sus familias.

Al mismo tiempo, ya hay mucha gente que está realmente empobreciendo. Pues, ni los afectados por Hartz IV² ni los jubilados recibieron más dinero cuando en un principio cerraron los bancos de alimentos. Algunas pequeñas empresas o personas que trabajan por cuenta propia recibieron ayuda inmediata. ¡Pero ésta sólo es suficiente por poco tiempo! ¿Y por qué los afectados de Hartz IV , los jubilados, padres solteros, especialmente las mujeres con hijos, y otras personas que realmente lo necesitan, no reciben suficiente ayuda? ¡Incluso los que se encuentran en desempleo parcial durante unos meses difícilmente pueden cubrir sus cuentas! Dentro de la CDU, incluso hubo voces que pedían una reducción del salario mínimo y suspender el aumento de la tasa Hartz IV para este año, para que la deuda del Estado no creciera desmesuradamente.

Desde hace meses, a los niños y jóvenes les faltan sus compañeros, y a todos los contactos sociales. Especialmente las mujeres trabajando desde casa, que ayudan a sus hijos con la “educación en el hogar”, están viviendo una extrema prueba de nervios. Muchas empresas han reducido muy rápidamente el número de los puestos de aprendizaje. El número de personas no contratadas después de su aprendizaje alcanzará un nuevo nivel récord este año. No se contrata a los jóvenes que han terminado su formación y a menudo no se contrata en general a nuevos aprendices. Esto parece ser la forma más barata y “elegante” de despedir a la gente o de eliminar los puestos de trabajo o de aprendizaje. En vista de la creciente relajación de restricciones y de la supuesta “vuelta a la normalidad”, la población deber olvidar todas estas crisis sociales.

Inmediatamente cambian también los medios de comunicación. Ahora, de repente, todo está bien. Se permite a la gente volver a salir a las calles, ahora se abren las tiendas, se permite el turismo, y también las reuniones de nuevo deben ser posibles hasta cierto punto. Pero no debemos olvidar los puntos calientes: Éstos son los dormitorios en los que se apiñan de seis a ocho personas en una habitación, en su mayoría trabajadores temporales de diferentes países; éstos son la industria cárnica y los hospitales. Éstos son las residencias de ancianos y los alojamientos para los solicitantes de asilo. En estos puntos calientes, la gente sigue infectándose porque no tienen tapabocas, no pueden mantener la distancia recomendada. En algunos casos ni siquiera se les informa.

El principal problema es que las medidas para contener la pandemia de coronavirus se oponen directamente a la reactivación económica, y viceversa. Entonces, la crisis de coronavirus y la crisis económica y financiera mundial son dos cosas diferentes. Asumo que, a nivel global, éstas se propulsarán mutuamente dentro de unos pocos meses, hasta tal punto que se desarrolle una crisis social global del sistema imperialista mundial.

Pues, primero, los programas nacionales de crisis son de ayuda muy limitada. Con la actual producción internacional, no sirve de nada tratar de relanzar la producción en Alemania si, al mismo tiempo, no se suministran, por ejemplo, dos tercios de las autopartes de otros países. Tampoco sirve de nada producir cueste lo que cueste cuando el mercado mundial se derrumba de esta manera. Es una ilusión llegar a controlar la actual crisis económica y financiera mundial con programas de crisis nacionales. Es igualmente ilusorio pensar que la pandemia de Covid-19 podría superarse con medidas nacionales, si simultáneamente sigue creciendo exponencialmente a nivel mundial.

Segundo, muchos jefes económicos obviamente se hacen la ilusión de que la crisis económica fue provocada por la crisis de coronavirus. Pero esto no es el caso. Mientras tanto, hay primeros economistas que no siguen los discursos untuosos de los sabios económicos, los mismos que hablan de una crisis económica y financiera mundial y admiten que el desarrollo económico negativo ya comenzó antes de la crisis de coronavirus. Pero hasta ahora esto pasa sólo esporádicamente. En definitiva, ¡falta la base para una gestión de crisis que funcione!

Es posible que tenemos ante nosotros una crisis política mundial que en su profundidad carezca de precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. En tal crisis, estallarán luchas de masas y huelgas, habrá batallas callejeras y brutales operaciones policiales contra las masas. En América Latina o en África ya se anuncia un desarrollo de este tipo. Allá, millones de personas pasan hambre, no existe un sistema social o de salud que funcione para las amplias masas, no se están realizando tests. El coronavirus se extiende cada vez más en todo el mundo. Según las cifras oficiales hay actualmente más de cinco millones de personas infectadas en el mundo. ¡Desde una perspectiva global, estamos al principio de la pandemia y no al final!

La mezcla de crisis económicas, políticas, ecológicas, sociales, ideológicas y de hambre constituye el terreno en el que puede desarrollarse una efervescencia revolucionaria.

Ante este desarrollo de crisis, las luchas de los obreros y las amplias masas aumentarán de manera decisiva. Ya en los últimos meses, los obreros se han puesto a la cabeza de las protestas. Así en Alemania, cuando se cerró toda la vida pública, pero los obreros industriales debían seguir produciendo sin protección. Por ejemplo, al imponer un combativo Primero de Mayo, los obreros que antes estuvieron en la Conferencia Internacional de Trabajadores del Auto de Sudáfrica desempeñaron un papel líder: En las Filipinas, en el Brasil, en Sudáfrica, también en Alemania e Italia. Allí, 900.000 obreros se declararon en huelga alrededor del Primero de Mayo – ¡a pesar del toque de queda! Otro punto culminante fueron las celebraciones del 8 de mayo con motivo del 75 aniversario de la victoria sobre el fascismo de Hitler. En todas partes, los obreros, las mujeres y los jóvenes combativos –y los marxistas-leninistas– estuvieron a la vanguardia de la lucha por los derechos y libertades democráticos.

Y de repente hubo manifestaciones de fuerzas de derecha, gente de Pegida, tipos de la AfD, partidarios de fascistas como Trump en EE.UU. o Bolsonaro en Brasil. También salen a la calle, pero en contra de las medidas justificadas de protección de la salud. No protestan contra la restricción de los derechos y libertades democráticos, sino contra todas las medidas sanitarias del gobierno. Esto es antihumano y des precia a la gente, pone en riesgo la vida y la salud de millones de personas en el mundo.

Hago un llamamiento a todos: ¡Protesten, pero no se dejen engañar por estos instigadores de derecha! Ellos por ejemplo exigen la disolución de los alojamientos de los solicitantes de asilo, pero sólo para expulsar a todos los refugiados. Por lo demás, tampoco tienen nada en contra de que los ancianos se enfermen y mueran del coronavirus, eso sólo sería “selección natural”. ¡Ésta es una ideología fascista! No tenemos nada que ver con esa gente. No somos misántropos. Las manifestaciones de la derecha fueron –similares a las de Pegida en aquel momento– verdaderamente fuertemente promovidas por los medios de comunicación como ntv. Pero más del 80 por ciento de la población de Alemania se opone claramente a ellas, por lo que estas manifestaciones reaccionarias han vuelto a reducirse masivamente.

Si protestamos contra la gestión de crisis del gobierno, entonces no protestamos contra las medidas sanitarias razonables. Criticamos sobre todo las restricciones de los derechos y libertades democráticos que son completamente innecesarias en materia de política sanitaria, y que se les echa el peso de la crisis sobre las espaldas de las masas populares, los obreros, los ancianos en las residencias, los refugiados en los alojamientos de los solicitantes de asilo, etc.

Debemos ser conscientes de que vamos a experimentar muchas cosas más este año.

Por eso también debemos mantener y continuar nuestra forma de protesta, la conciencia social de la marcha de los lunes, y no permitir que la propaganda mediática nos nuble la mente. Debemos usar nuestras propias cabezas y seguir adelante.

Hemos estado en las calles regularmente desde 2004 y ya hemos revelado y logrado mucho. Seguiremos informando a la gente. Y cuando vemos que se está desarrollando una crisis del sistema imperialista mundial que abarca la sociedad en su conjunto, entonces ya es hora de reflexionar sobre alternativas. ¡Qué sistema tan podrido!

Hoy en día, la humanidad sería capaz de realizaciones totalmente diferentes: vencer el hambre y la pobreza, prevenir las enfermedades y proteger activamente la salud, y dar un futuro a la juventud. ¡Pero el capitalismo nunca ofrecerá esto! Para ello necesitamos cambios revolucionarios y el verdadero socialismo.

La marcha de los lunes es un evento democrático y de carácter überparteilich³. Estamos aquí porque protestamos por los derechos sociales y democráticos del movimiento obrero, de la gente sencilla, de los jóvenes. Y sobre todo somos internacionalistas. Nos oponemos decididamente a cualquier tipo de racismo, fascismo y antisemitismo. Nuestro lema es: ¡No le des ninguna chance al anticomunismo, racismo, antisemitismo y fascismo! ¡Viva la solidaridad internacional! Anímense, únanse a este movimiento de solidaridad y a la lucha conjunta.

¡Buena suerte!